1. INTRODUCCION

La práctica clínica no está exenta de riesgos.
El estudio ENEAS en hospitales españoles determinó que la frecuencia de eventos adversos (EA) oscila alrededor del 10%, mientras que el estudio APEAS, en atención primaria, identificó que la frecuencia de EA oscila alrededor del 1,8%.
Un cálculo conservador nos indica que en torno al 15% de los profesionales sanitarios se ven involucrados anualmente en algún EA para uno o más pacientes, son las denominadas segundas víctimas de los EA.
En este estudio (en su versión original y Española) coordinado entre distintas instituciones sanitarias pertenecientes a 8 comunidades autónomas y que fue financiado por el FIS y por Fondos Feder, se propone analizar esta situación y elaborar y sugerir una serie de recomendaciones, procedimientos y materiales de apoyo para profesionales e instituciones sanitarias, tanto de hospitales como de atención primaria, para afrontar las consecuencias que los EA tienen en los profesionales (segundas víctimas) y en las instituciones (terceras víctimas).
Los EA tienen en las segundas víctimas consecuencias emocionales, profesionales, familiares, incluso en aquellos casos en los que la causa del EA es un fallo del sistema o cuando el EA no era prevenible.
En este (en su versión original y Española) estudio coordinado financiado por el Fondo de Investigación Sanitaria (FIS) y por Fondos Feder nos proponemos analizar el impacto de los EA en los profesionales para proponer alternativas para afrontar las consecuencias que los EA tienen en los profesionales (segundas víctimas).
Definimos evento adverso (EA) con consecuencias graves como: suceso imprevisto e inesperado que causa en un paciente (o conjunto de pacientes) un daño difícil de reparar (que requiere un nuevo tratamiento con resultado incierto una prolongación del ingreso), o que resulta irreparable (cirugía sitio equivocado, incapacidad permanente o muerte) y que es consecuencia de la asistencia sanitaria y no de la enfermedad de base del paciente.
Se considerará EA con independencia de que el suceso pudiera haberse evitado o fuera inevitable.
Esta definición incluye: fallos de la organización, diagnósticos incorrectos, errores de prescripción, de uso de medicación o de comunicación entre profesionales o con el paciente siempre que ocasionen un daño en el paciente difícil de reparar (que requiere un nuevo tratamiento con resultado incierto o una prolongación del ingreso) o irreparable (cirugía sitio equivocado, incapacidad permanente o muerte).

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